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RETRATO

Las fotografías de Iris son tableaux vivants. Celebra a pintores clásicos como Botticelli, Ingres o Rubens pero teñidos de modernismo, donde la sensualidad femenina se revela y juega en un escenario opulento. La composición es clásica pero se reivindica la fuerza de la imagen. Quiere mostrar mujeres femeninas, carismáticas y fuertes. Sus esposas son heroínas, diosas, mitos… Fotógrafa y directora, vive entre Nueva York, Londres y París.

 

Realiza videos artísticos y performances. En 2005 creó la performance multimedia Divinta, que se inspiró en los tableaux vivants mezclando diferentes disciplinas artísticas como la fotografía, la moda, la música, las artes plásticas y la danza para crear una “obra de arte femenina total”. En junio de 2011, Brosch presentó en la Biennale di Venezia su performance Requiem for Women, que es una reminiscencia de la violencia, persecución y represión sufrida por todas las mujeres desde tiempos inmemoriales. Durante el Festival Internacional de Fotografía de Moda de 2008 en Cannes, las fotografías de Iris Brosch se exhibieron en paneles y pantallas en el Palais des Festivals. En 2010, sus fotografías se exhibieron en la exposición All about Colors en Viena. 

ENTREVISTA EXCLUSIVA

¿Pretendes fotografiar mujeres reales, personas reales fuera de los criterios impuestos por la moda? Por qué ?
Sí ! Jóvenes, mayores, fuertes, rellenitas… Creo que en la industria de la moda estamos limitados. El peligro es formatear Barbies y Kens. Todo es igual, todo es homogéneo, no hay individualismo, no hay diferencia. Es muy peligroso para una sociedad crear marionetas, mujeres que al final parecen muñecas. Tienes que crear imágenes que se parezcan a nosotros, se parezcan a mí, se parezcan a ti, se parezcan a ti. Necesitamos crear una sociedad más sana, sin esta falsa máscara normativa.

En su trabajo por encargo, ¿alguna vez ha ofrecido modelos atípicos?
Es muy difícil. Hace algún tiempo, antes de que las rondas estuvieran un poco de moda, yo hacía propuestas a menudo, hace unos diez años. Quería usar mujeres redondas inspiradas en las pinturas de Picasso, donde las mujeres vuelan, y me dijeron que eso no era posible porque Picasso representaba mujeres desnudas. Ahora cambia un poco pero sigue siendo limitado, hay categorías:   ni demasiado antiguo ni demasiado grande... Todavía está controlado. Le propuse al NY Times hacer una serie de mujeres después de la menopausia, algo muy erótico y recuerdo que la editora que tenía enfrente comprendió porque ella misma estaba en plena menopausia y la dirección no lo hizo a pesar de todo lo que no quería o no podía. Esta serie de mujeres menopáusicas la acaba de hacer el diario, por un joven francés además, con estrellas porno. Me recuerda a Dove, uno de los primeros comerciales con mujeres con curvas, dirigido por Rankin. El problema de este anuncio es que muestra a mujeres sensuales, con grandes bragas sucias. Incluso con Claudia Schiffer, la foto de estas bragas habría sido sucia. ¿Por qué están privados de erotismo? Gracias a Dove, ahora hay más imágenes de mujeres con curvas que son sexys. ¿Por qué cuando mostramos mujeres mayores, mujeres gordas tenemos que hacerlas asexuales? Pero es lo típico, hay que ir despacio. ¡A veces puedo ser demasiado radical! Pero todas las propuestas fueron rechazadas, sí. Y ahora me produzco, me canso de generar ideas que serán retomadas mientras se reformulan. El problema hoy es que queremos muchas cosas enmarcadas y formateadas.  Hace 10 años, hace 15 años no mostrábamos mujeres redondas y ahora es una moda, se repite y se repite, ya no nos renovamos, ya no hay novedad en fotografía y sobre todo en fotografía de moda. Todos se copian a sí mismos.

- Encuentra la continuación de Iris Brosch dansRevista Normal n°6 -

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