RETRATO
Nacido en Argentina, Pato Rivero es de San Miguel de Tucumán, en el noroeste del país. Pato estudia diseño gráfico y está particularmente interesado en la fotografía que le sirve como medio de expresión. Este fuerte interés llevará al joven a dejar su ciudad natal y viajar a Buenos Aires para tomar cursos en la Escuela de Fotografía Creativa Andy Goldstein. Es también en la capital argentina donde Pato Rivero inició su carrera como fotógrafo. Autodidacta, amante de la música, la pintura y el dibujo, el artista desarrolla un estilo que sintetiza todas estas disciplinas en la composición de su imagen. Poseedor de una visión intuitiva del color y la luz, también se destaca con una técnica de revelado de fotografía única. Colaboró con varios estilistas argentinos de renombre, en particular en su serie Erase una vez... (“Érase una vez...”) donde cada fotografía es estilizada por un diseñador diferente. Rivero también ha ampliado sus horizontes trabajando en teatro, moda y televisión, entre otros. Desde 2009, el fotógrafo argentino es editor de fotografía de la revista OLV El Mundo del Olivo, una publicación argentina y uruguaya.
El desnudo masculino es el elemento más representativo de la obra de Rivero. En las historias que describe hay muchas referencias a los cuentos de hadas (Charles Perrault, los hermanos Grimm y Hans Christian Andersen). Según el artista Juan Batalla, compatriota de Pato Rivero, no hay nada de natural en los planos de este último. Las fotografías están construidas de principio a fin y ofrecen una visión totalmente artificial que se convierte en una constante en su obra y, en definitiva, en una de sus principales características. Su uso de la oscuridad y la luz crea tal contraste que las figuras parecen congeladas. Las sombras se materializan de manera concreta y en la oscuridad uno siente emerger extrañas fuerzas. A través de este proceso, el fotógrafo sublima la irrealidad. Batalla ve en la obra de su contemporáneo el espíritu barroco de Caravaggio. El fotógrafo se involucra en un desnudo dramático donde introduce un contraste entre la violencia y la inmovilidad. Rosa Olivares, editora de la revista Exit, explica así la posición de Rivero: “En todos estos cuentos, estas historias mágicas, hay un proceso de transformación de la niñez a la adultez. Los problemas se resuelven de acuerdo a la perseverancia y cualidades de los personajes: coraje, lealtad, bondad, amor y responsabilidad. Estas cualidades son el trampolín para afrontar un panorama muy peligroso y en constante cambio”.
ENTREVISTA EXCLUSIVA
¿Puedes describir tu estilo como lo haría un buen amigo?
En Pato, los elementos son cuidadosamente seleccionados, con un objetivo muy claro en la mente del artista. Nada se deja al azar. Los elementos se combinan para producir poderosas imágenes simbólicas. Su estilo es barroco, transportando a su autor a recuerdos de infancia, pero con un reverso provocador y más maduro. Es una muy buena forma de repasar tus recuerdos de adulto, lejos de la mente ingenua que pueden tener los niños.
¿Tus principales influencias?
Tengo una admiración ilimitada por los pintores italianos como Miguel Ángel, Rafael y Caravaggio. Inspiran buena parte de la vertiente figurativa de mis obras así como, por supuesto, los claroscuros de otros pintores barrocos, al mismo tiempo que estudian su forma de jugar con la luz, ampliando así mis posibilidades creativas, en particular los juegos de luz. Para la literatura, siempre estoy buscando libros que traten sobre leyendas, cuentos y tradiciones. Amplié el tema agregando textos de otros países latinoamericanos. Considero el cine como una necesidad, del clásico al contemporáneo, del cine nacional al cine internacional. Hay películas que veo más de una vez, como “Orlando” de Sally Potter, “Blade Runner” de Ridley Scott o “El pianista” de Michael Haneke. Este es el género artístico cuya información absorbo rápidamente, comenzando por el aspecto estético y luego observando en todos los detalles la increíble diversidad que existe en la forma de contar historias.
¿Por qué tantas referencias a cuentos y leyendas?
Tanto mi padre como mi tía se encargaron de despertar en mí el gusto por los cuentos y las leyendas. Gracias a su lectura, los primeros valores tomaron para mí cuerpo y fuerza. En mi caso, esta lectura fue muy significativa. Es un espacio donde triunfa la constancia y la imaginación emprende un viaje interminable. Las leyendas del norte de mi país por lo general nos llegan a través de la tradición oral popular. Intento, en obras como Apacheta de Leyendas, despertar la curiosidad por estas historias que siento mías y que no deben olvidarse porque justificaron lo inexplicable y hablaron de los miedos y esperanzas de la antigüedad.
¿Cómo cobran vida tus imágenes?
Soy un niño caprichoso. Las imágenes vienen a mí constantemente. Pero en una serie fotográfica es fundamental que te venga a la mente una primera imagen. Quiero que no sea sólo el hilo conductor, el título que permita construir el resto. Esto condicionará todo el desarrollo del proyecto. Para mí es fundamental saber en mi corazón de qué quiero hablar. Luego defino si me apoyo en el desnudo, en el vestido, en el decorado o en todo un decorado porque son variantes, al igual que el diafragma, la velocidad y la sensibilidad.
- Encuentra la continuación de Pato Rivero enRevista Normal n°4 -