Stefanie Renoma es una artista poco convencional y atípica, que juega con el cuerpo masculino, se divierte modelándolo para darle una ambigüedad problemática, una doble identidad, que se refuerza con la puesta en escena y el ornamento. Se afirma el estilo, se aniquila la oposición entre hombre y mujer, se exacerba la paradoja. Su modelo típico: el andrógino, el doble, el hombre mujer, el hombre mujer. Porque en Renoma, de eso se trata: la androginia reina, la sexualidad se oscurece. Pero a pesar de una aparente desnudez, una tensión erótica, un deseo significativo y propagador, el cuerpo es castrado, asexuado, el ser está desnudo por la evidencia y por la autenticidad, como devuelto al estado de naturaleza. Combinando rock'n'roll y elegancia desarticulada, como su marca, Stefanie juega con los clichés. Las referencias a la moda ya su propio estilismo son numerosas. La puesta en escena es lujosa, opulenta, teñida de glamour. La feminidad es asumida y reivindicada, donde toda masculinidad queda alterada o definitivamente prohibida. Y se vuelve fascinante, como un tercer sexo, un sexo Renoma. Stefanie creció en el aura artística de su padre, Maurice Renoma, famoso fotógrafo y estilista, fundador de la marca homónima, de la que todos los genios creativos Dali, Andy Warhol, Serge Gainsbourg, Brigitte Bardot, serán fieles incluso embajadores. Un entorno que poco a poco desarrollará su sentido crítico del tradicionalismo y la guiará con naturalidad hacia un estilo poco convencional.