El estilo Tony Kelly es único e incomparable. Crudo, pero también sofisticado. Fuegos artificiales en full HD, colores chispeantes y petardos coloridos, una lluvia de ácidos, salta en la cara. Su seña de identidad: sexo, hombres estereotipados, mujeres tópicos, colores feroces y un humor negro punzante… En un alboroto de testosterona, botox y purpurina, grita y maldice. Tony es un provocador, y no solo se nota con estas escenas abiertamente sexuales.

A primera vista, el estilo puede parecer crudo y vulgar, es la intención del fotógrafo, exceder los límites del buen gusto, reportar emociones e interacciones feas, delirar sobre lo obsceno. Sus imágenes dinámicas hechas en California. Sin embargo, Tony Kelly es un fotógrafo irlandés nacido en Dublín en 1975. Comenzó en un grupo de periódicos independientes, cubriendo lugares que nadie quería: desde los conflictos civiles en Ruanda hasta la guerra en Afganistán, pasó ocho años cubriendo áreas de conflictos armados. , antes de cambiar de dirección y probar suerte en la fotografía de moda mientras mantiene este ojo exacerbado para representar emociones y el púlpito. Ahora y como suele recordar, capta la espontaneidad como un voyeur admirando una escena.